Consiste en
defender una idea u opinión alegando una serie de razones que la apoyan.
El propósito de
la argumentación es convencer a alguien de la
validez de una idea o persuadirlo para que adopte un determinado
comportamiento.
La argumentación será eficaz en la medida en que el destinatario adopte el punto de vista defendido o bien modifique su comportamiento en el sentido deseado. Para ello el emisor deberá tener en cuenta las características del destinatario.
2. FORMULAR LA TESIS.
A la hora de redactar la tesis, conviene seguir
estas pautas:
a) Procurar que la tesis se identifique fácilmente. En un proceso de argumentación es
fundamental que el receptor pueda reconocer inmediatamente la idea u opinión que se defiende.
Hay que tener sumo cuidado para no confundir la tesis con un hecho, pues se debe partir de una
opinión y no de algo que se puede demostrar sin discusión.
b) Expresar la tesis en forma oracional . La
tesis es una idea y, por lo tanto, se ha de representar lingüísticamente
en forma de oración.
No debe confundirse la
tesis con el tema (que se designa por medio de un sintagma).
Ej.: Tema: La eutanasia.
Posible
tesis 1: La
eutanasia supone el quebrantamiento del juramento hipocrático de los médicos.
Posible tesis 2: La eutanasia
debe aplicarse a petición del paciente, pues él es dueño y responsable de su
propia vida.
c) Exponer la tesis de la forma más concisa posible. Y separarla del
resto de la argumentación por un punto y aparte.
3. TIPOS DE ARGUMENTACIONES.
Cuando la argumentación es positiva se denomina prueba. En este caso presenta argumentos que
respaldan nuestra postura ante el tema.
Cuando es negativa, se conoce como refutación
y en ella se aportan argumentos que sirven para rechazar las opiniones
contrarias a nuestra postura.
Una tercera posibilidad es dar nuestra opinión matizada, expresando los argumentos que consideramos a favor y
también los que puedan estar en contra del tema que nos ocupe.
4. ESTRUCTURA DE LA ARGUMENTACIÓN.
Los textos
de carácter argumentativo suelen disponer su contenido según un orden más o
menos fijo, en el que se pueden distinguir tres
apartados (cada uno en un párrafo) : la tesis, el cuerpo argumentativo y la
conclusión.
a) La tesis: es la idea que se va a defender. Se enuncia, por lo general, al comienzo del texto. La
idea que constituye la tesis debe ser potencialmente conflictiva, de modo que
sea preciso defenderla.
b) El cuerpo argumentativo: son las razones que se arguyen para apoyar la tesis. Entre los argumentos y la tesis
debe haber una relación de implicación, de manera que la aceptación de los
argumentos lleve inmediatamente a asumir la tesis.
c) La conclusión: es la parte final de la
argumentación. En ella se recuerda la tesis y se resumen los argumentos.
De todos modos, la organización interna puede presentar las siguientes formas:
a) Analítica: la tesis
aparece al principio y, a continuación se desarrolla.
b) Sintética: la tesis se
halla al final del escrito a modo de síntesis. o conclusión.
(Hay muchas
más, pero estas dos son las más frecuentes en los textos ensayísticos).
5. LOS RECURSOS DE LA ARGUMENTACIÓN.
Suelen emplearse con frecuencia
algunos recursos peculiares:
a)
Los conectores
de carácter causal para defender la tesis (dado que, pues, porque, puesto que…), y consecutivos, para introducir la conclusión (por tanto, por consiguiente, así pues, de ahí que…)
b)
Las fórmulas
para implicar al receptor, que a veces se manifiestan en
el uso de verbos en primera persona del plural (Todos sabemos
que, Algunos se preguntarán…).
6. PREMISAS Y
ARGUMENTOS.
A) LA FUERZA DE LOS ARGUMENTOS.
·
No todos
tienen el mismo poder de convicción. La fuerza persuasiva de un argumento
depende de su consistencia interna y del grado de aceptación de la premisa en que se apoya.
Un argumento es
consistente cuando está bien construido y sirve para defender la tesis. Ej.: “Fumar es perjudicial para la salud
porque el tabaco origina muchas enfermedades.
No sería consistente, por el
contrario, el siguiente argumento: “Fumar
es perjudicial para la salud porque mi primo sufrió un accidente cuando iba
fumando”.
·
Los valores
o creencias en que se basa un argumento pueden presentar distinto alcance: hay valores universales como los recogidos en la Declaración
Universal de los Derechos Humanos; valores propios de un grupo o de
una comunidad,
y valores individuales, es
decir, convicciones propias de una persona.
Si queremos denunciar la
miseria en la que viven muchas personas en el Tercer Mundo, tendrá más fuerza un argumento
basado en el derecho de todos los seres humanos a una existencia digna que un
argumento personal como éste: “A
mí me da mucha pena que esa pobre gente viva así”.
B) LAS FALACIAS O SOFISMAS.
Son falsos argumentos, incorrectos, pero con la apariencia de ser correctos (no olvidemos que su objetivo es la persuasión). No son váidos porque las razones dadas para sostenerlos no se relacionan de forma adecuada, aunque lo pueda parecer.
Son falsos argumentos, incorrectos, pero con la apariencia de ser correctos (no olvidemos que su objetivo es la persuasión). No son váidos porque las razones dadas para sostenerlos no se relacionan de forma adecuada, aunque lo pueda parecer.
Habitualmente se apoyan en estructuras lógicas pero no
siguen sus mecanismos con rigor.
En el siguiente ejemplo puede verse el esquema de un
silogismo (dos premisas de las que se desprende una conclusión), pero no
funciona porque falla el significado de lo que se está diciendo, así que
no tiene validez (aunque hemos de reconocer que resulta gracioso).
Ej.: "Si
nada es mejor que la felicidad eterna
y un tomate es mejor que nada,
entonces un tomate es mejor que la felicidad eterna".
y un tomate es mejor que nada,
entonces un tomate es mejor que la felicidad eterna".
7. CLASES DE ARGUMENTOS
A) TÓPICOS
Los argumentos se apoyan en unos valores, creencias o premisas que se suponen aceptados por la mayor parte de la sociedad. Tales premisas reciben el nombre de tópicos.
Los argumentos se apoyan en unos valores, creencias o premisas que se suponen aceptados por la mayor parte de la sociedad. Tales premisas reciben el nombre de tópicos.
Los más frecuentes son:
·
Argumento de la
mayoría. Se basa en
el tópico de la cantidad: “lo mayor o más numeroso es preferible a lo menor o
menos numeroso”. Ej.: “La película debe
ser muy buena porque ha tenido más de dos millones de espectadores.”
·
Argumento de
utilidad. Se asienta sobre el tópico de lo útil: “lo útil es
preferible a lo que no lo es”. Ej.:
“Ayudar a los pueblos de África nos beneficiará a todos.”
·
Argumento ético. Se sustenta en el tópico de la moralidad: “lo moral es preferible a lo
inmoral. Ej.: Señores miembros y
responsables de Europa, es a su solidaridad y a su bondad a las que apelamos
por el socorro de África.”
·
Argumento
hedonista. Se basa en el tópico del placer: “lo
placentero es preferible a lo desagradable”. Ej.: “Playa Palmeras: el paraíso en la Tierra.”
B) ARGUMENTOS RACIONALES.
Cuando el emisor
pretende convencer al destinatario apelando a su capacidad de raciocinio,
hablamos de un tipo de argumentación llamado argumento racional. Hay tres
clases:
·
Argumentación
lógica. Se fundamenta especialmente en las relaciones de
causa-efecto. El argumento lógico por excelencia es el llamado silogismo, que es un razonamiento basado en la relación
entre unas premisas y una conclusión,
de modo que la aceptación
de las premisas conduce necesariamente
a la aceptación de la conclusión. Su creador fue el filósofo y
científico griego Aristóteles.
Ej.: “Si para colaborar con esa ONG hace falta saber árabe (premisa
A) y tú no sabes árabe (premisa B), entonces no esperes que te
admitan” (conclusión).
A) y tú no sabes árabe (premisa B), entonces no esperes que te
admitan” (conclusión).
·
Argumentación
por el ejemplo. Consiste en aducir un caso como prueba de la
validez de la tesis. También es muy común el uso de
estadísticas para corroborar lo que se expone: “En el discurso de
aceptación del Premio Príncipe de Asturias se presenta a mujeres de Asturias
como un ejemplo de la defensa de los valores fundamentales”.
·
Argumentación
por analogía. Establece
una relación entre aquello que se pretende demostrar y una realidad distinta
pero semejante. Se establece una comparación entre ambas. También puede
utilizarse una metáfora.
Ej.: Si la mujer quiere preservar su libertad, debe ejercitarla. La
libertad sin uso es como un arma abandonada: se oxida.”
libertad sin uso es como un arma abandonada: se oxida.”
C) ARGUMENTACIÓN
EMOCIONAL.
Es utilizada por
el emisor que quiere convencer al receptor apelando a sus sentimientos. Los
procedimientos más utilizados son:
·
Emplear amenazas
o halagos. Ej.: “Le
sugiero que resuelva inmediatamente ese problema. A menos, claro está, que no
le interese conservar su puesto de trabajo.”
·
Buscar la
compasión del destinatario. Ej.: “¿No me
vas a dar el dinero sabiendo que lo necesito?.”
·
Utilizar un argumento
de autoridad. Ej.: “Como
dijo Hobbes: “el hombre es un lobo para el hombre”.”
D) LA
CONTRAARGUMENTACIÓN.
Puede haber
personas que no compartan la opinión que intentamos defender. Para rebatir su
argumentación que podrían utilizar en contra de nuestra tesis, se puede usar la contraargumentación. Suele ser demoledora.
Para
formularla es necesario:
1º. Escribir la idea
que podría refutar nuestra tesis. Nos adelantamos a aquellos que
sabemos no van a estar de acuerdo con lo que estamos diciendo. Podemos introducirla mediante expresiones del
tipo: “Habrá alguien que
opine que…” , “Algunos pensarán que…”, Siempre puede haber alguien que crea
que…”, “A los que piensan que…”, etc.
2º. A continuación,, introducir un
conector del tipo: “sin embargo”, “a pesar de ello”, “en cambio”, “pero”.
También se podría comenzar la contraargumentación con un conector como
“aunque”…
3º. A través de ese conector introducimos el nuevo argumento que va a servir para rebatir la
idea que sabemos por anticipado que puede oponerse a nuestra tesis.
Ante una tesis en la que, por ejemplo, se defiende que la teoría del Big Bang es
válida en la actualidad, podríamos anticipar la posible objeción de
aquellos que no opinan lo mismo para destruirla con un nuevo argumento.
Ej.: “Algunos argumentarán que
como la teoría del Big Bang deja algunas grandes preguntas sin respuesta,
debe ser sustituida por una teoría totalmente nueva (ésta es la objeción que puede hacerse a la tesis). Sin embargo,
eso tendría tan poco sentido como rechazar la teoría de la evolución de Darwin
porque no puede explicar el origen de la vida (éste es el nuevo argumento que se ha creado para rebatir a los que no
estén de acuerdo).”
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